Con los chistes y las ridiculizaciones no sólo se hiere, sino que, en muchos casos, se genera violencia social.
Salió Queer, el periódico de la Federación LGBT
Por Bruno Bimbi para Crítica Digital 06.09.2009
Con doce páginas en formato tabloide y papel de diario, el periódico Queer nació en mayo de 2002 como un emprendimiento de María Rachid y Claudia Castro. Se repartía gratuitamente en bares, boliches y lugares de encuentro del circuito gay lésbico porteño y contaba con pequeños anuncios, la mayoría de empresas vinculadas a la comunidad LGBT. Hace un tiempo dejó de circular, pero ahora volverá a las calles. Mónica Ferrari y Vanina Franco, que tienen la misma edad que tenían las fundadoras cuando salió el primer número, estarán a cargo de esta nueva etapa del proyecto y contarán con la colaboración de Flavio Rapisardi como editor. Ya no será un emprendimiento privado, sino una publicación oficial de la Federación Argentina de Lesbianas, Gays, Bisexuales y Trans, de la que María Rachid es presidenta.
–¿Cómo nació el periódico? –le preguntó Crítica de la Argentina a Rachid.
–Nosotras hacíamos la revista Fulanas y, en 2001, tuvimos que parar porque se encareció mucho el papel. Así que tuvimos la idea de hacer un periódico gratuito para la comunidad LGBT que sirviera como vía de comunicación y fuera un espacio con referencias que faltan en nuestra cultura, en la sociedad y en los medios. Después de seis años, dejamos de hacerlo porque no teníamos tiempo, y ahora hay otro equipo, gente más joven con ganas de empezar de nuevo. Queremos que se distribuya en todo el país. Seguirá siendo gratuito en Capital y en algunas provincias, y, en los lugares adonde no lleguemos a repartirlo, intentaremos que en unos meses empiece a estar en los quioscos de revistas, a un precio mínimo para que los quiosqueros y los distribuidores ganen algo.
–¿Cuáles serán los objetivos en esta nueva etapa del proyecto?
–Queer pasa a ser ahora el periódico de la Federación Argentina LGBT. El primer objetivo es que sea un vehículo de comunicación de las organizaciones con la comunidad, para convocar a participar, informar sobre actividades y llamar a que la gente se involucre. El objetivo principal es la igualdad de derechos y, para conquistarla, hace falta la participación de la mayor cantidad de gente posible.
–Como fundadora del periódico y como activista, ¿qué opinión tiene sobre el papel de los medios de comunicación en el tratamiento de los temas que involucran a lesbianas, gays, bisexuales y trans?
–Los medios están divididos. Hay muchos periodistas que tratan nuestros temas con seriedad y compromiso. Y también hay muchos periodistas y muchos medios que utilizan la diversidad sexual como algo exótico o la ridiculizan para vender. Por eso celebramos que se esté discutiendo una nueva ley para los medios de comunicación. En nombre de la libertad de expresión, no se pueden avasallar los derechos humanos de las personas, como sucede con las personas LGBT. Con ciertos chistes y ridiculizaciones no sólo se hiere, sino que, en muchos casos, se genera violencia social.
–Más allá de los casos en los que haya mala fe, ¿cree que se trata de desconocimiento o de falta de información?
–Creo que, a esta altura, ese desconocimiento, en el caso de un periodista, implica una responsabilidad. Hace algunos años, había temas de los que no se hablaba, por ejemplo, la identidad de las personas trans. Hoy no hay excusas. Cuando se les dice “los” travestis a las travestis, no se puede alegar desconocimiento. Que un periodista no sepa lo importante que es que a las travestis se las reconozca y respete en su identidad de género es una falta de responsabilidad.
–Este diario publicó el año pasado un debate interno que hubo en la redacción respecto de si debía decirse “los” o “las” travestis. ¿Lo vio?
–Para nosotros y nosotras, que se debata si hay que decir “los” travestis, si está mal o está bien, es lo mismo que debatir si está mal el antisemitismo o la xenofobia. Respetar la identidad de todas las personas es lo que está bien. Y, por lo tanto, respetar la identidad de las travestis es lo que está bien. No hay debate posible. Pero, como parece más naturalizada esta forma de discriminación, algunos piensan que da para un debate.
–¿La sociedad tolera situaciones de discriminación contra ciertos grupos que no toleraría respecto de otros?
–Sí, por supuesto. De hecho, la Iglesia católica no se cansa de decir que las lesbianas y los gays somos “enfermos”, una “desviación de la naturaleza” o que nos tienen que “curar”, y muy poca gente se horroriza por eso. Si lo dijeran de los judíos o de los afrodescendientes, habría una condena social mucho más importante. Hay una mirada selectiva.
–Mencionó el debate sobre la Ley de Servicios Audiovisuales. ¿La Federación va a fijar una posición frente al tratamiento parlamentario de esa ley?
–Hay algo que propone el proyecto que es lo mismo que nosotros tratamos de hacer, a pulmón y con escasos recursos, desde Queer: es un periódico de una organización social, con mucha dificultad, que busca lo que esta sociedad, en general, no nos da a los grupos vulnerados por la discriminación, que es una vía de comunicación para expresarnos. El proyecto propone que haya un porcentaje de medios en manos de las organizaciones de la sociedad civil. Estamos de acuerdo con eso y con el espíritu del proyecto en general. La Federación va a ir al Congreso a decir que apoyamos este proyecto y que se cambie la ley de la dictadura.
–En ese contexto, el logotipo del periódico Queer parece a propósito.
–¡Lo pusimos mucho antes! Quisimos hacer una especie de provocación, mostrando que hay otras historias que contar que estos medios no cuentan y que vamos a contar en este periódico. Con “estos medios” me refiero a la mayoría de los medios, y elegimos como símbolo de eso a Clarín. Entonces, pusimos al mismo hombrecito del logo de Clarín pero, en vez de llevar un clarinete, lleva una bandera del orgullo.
Socialistas a la Corte Suprema de Justicia
Con la firma de la diputada nacional Silvia Augsburger, presidenta del bloque socialista, del titular de la Cámara de Diputados de la provincia de Santa Fe, Eduardo Di Pollina, de la legisladora provincial santafesina Lucrecia Aranda y de los concejales Pablo Colono y Miguel Ángel Zamarini, presidente del Consejo Municipal de Rosario, el Partido Socialista presentó un amicus curiae ante la Corte Suprema de Justicia de la Nación respaldando el matrimonio gay.
Con citas de varios fallos internacionales y un recorrido explicativo por el texto constitucional y los tratados internacionales de derechos humanos, piden a la Corte que falle a favor de Rachid y Castro en el recurso de amparo que tiene en estudio, ya que “permitir que la legislación actual establezca una categorización diferenciada en la orientación sexual de las personas y otorgue a las parejas heterosexuales una protección superior resulta discriminatorio”, y la discriminación “es un crimen que lesiona la humanidad y la condición de miembros de una sociedad democrática”. Augsburger y Di Pollina fueron los principales impulsores de la ley de matrimonio gay en el Congreso, que aún espera ser tratada en las comisiones.
En la foto: Mónica, Vanina, Flavio y María, con Queer en las manos. Por ahora será gratuito en Capital y en algunas provincias.
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